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Referencias Cruzadas

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Juan 21:7

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

―¡Es el Señor! —dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba. Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua.

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20 Referencias Cruzadas  

Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado.

Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: ―¡Se han llevado de la tumba al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!

Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: ―Mujer, ahí tienes a tu hijo.

El amor de Cristo nos domina. Porque estamos convencidos de que él sufrió la muerte que todos merecíamos, y para Dios todos hemos muerto.

Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las escribió. Y estamos convencidos de que su testimonio es verídico.

Al volverse, Pedro vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba. El mismo que en la cena se había reclinado sobre Jesús y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?».

Dios envió su mensaje al pueblo de Israel. Les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

»Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo».

Por esto te digo que, si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama.

Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.

Y, si alguien les pregunta: “¿Por qué hacen eso?”, díganle: “El Señor lo necesita y en seguida lo devolverá”».

Mis hermanos en la fe, ustedes han creído en nuestro glorioso Señor Jesucristo. Por eso, no deben tratar de una manera a una persona y a otra de manera distinta.

El primer hombre fue creado a partir del polvo de la tierra. El segundo hombre vino del cielo.

―¡Señor mío y Dios mío! —dijo Tomás.

Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.

»Manténganse listos, con la ropa bien ajustada y las lámparas encendidas.

Los otros discípulos lo siguieron en la barca. Arrastraron la red llena de pescados, pues estaban a escasos cien metros de la orilla.




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