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Referencias Cruzadas

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Juan 2:2

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos.

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30 Referencias Cruzadas  

Y todo lo que hagan o digan, háganlo sabiendo que representan al Señor Jesús, y den gracias a Dios el Padre por medio de él.

La mujer está unida a su esposo mientras él vive. Pero, si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, siempre y cuando se case con un cristiano.

Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal. Porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que tienen relaciones sexuales prohibidas.

Pues recuerden, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el menos importante de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.

El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.

No discutirá ni gritará; nadie oirá su voz en las calles.

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él, conmigo.

Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo: ―Ya no tienen vino.

Después de esto Jesús bajó a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y se quedaron allí unos días.

Sus discípulos se acordaron de que las Escrituras dicen: «El celo por tu casa me consume».

Así pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho. Entonces creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.

Después de esto Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba.

Sin embargo, no era Jesús quien bautizaba, sino sus discípulos.

«¿Le habrán traído algo de comer?», comentaban entre sí los discípulos.

Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo:

Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos: ―Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.

Cuando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago.

Al escucharlo, muchos de sus discípulos dijeron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?».

Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él.

Así que Jesús les preguntó a los doce: ―¿También ustedes quieren marcharse?

―¿No los he elegido yo a ustedes doce? —repuso Jesús—. Sin embargo, uno de ustedes es un diablo.

Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, que iba a traicionarlo.

Entonces los hermanos de Jesús le dijeron: ―Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus discípulos vean las obras que haces.

Cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Durante todo un año se reunieron los dos con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez.

Entonces decidieron que cada uno de los discípulos enviaría ayuda a los creyentes que vivían en Judea. Cada uno ayudaría según sus recursos.




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