Jesús lo miró con amor y añadió: ―Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera. Luego se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado, y que en hebreo se dice «Gabatá».