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Referencias Cruzadas

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Juan 17:2

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pues tú le has dado autoridad sobre toda persona para que él les dé vida eterna a todos los que le has dado.

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31 Referencias Cruzadas  

Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día final.

Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.

»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean la gloria que me diste porque me has amado desde antes de la creación del mundo.

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ―Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.

Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.

Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos.

»A los que me diste del mundo les he revelado tu nombre. Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.

Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás. Al contrario, dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.

El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.

Esta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.

Él subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios, y los ángeles y los espíritus con autoridad y poder lo obedecen.

Pero en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo hizo heredero de todo, y por medio de él creó el universo.

»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.

Les estamos hablando de Jesucristo, quien se nos reveló como la vida misma. Nosotros no solo lo hemos visto, sino que a todos les hemos hablado de esa vida eterna que él nos da. Él estaba con el Padre, pero vino a este mundo y pudimos conocerlo.

Pero precisamente por eso Dios fue bueno conmigo. Él quería que yo, el peor de los pecadores, pudiera experimentar la infinita bondad de Cristo Jesús. De este modo, sirvo de ejemplo para que otros crean en él y reciban la vida eterna.

Para que ante el nombre de Jesús se arrodillen todos los que están en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,

que Dios usó para resucitar a Cristo de entre los muertos. Y luego lo sentó a su derecha, en el sitio de más honor en el cielo.

Pues es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos bajo su dominio.

Pues el pecado solo produce muerte, mientras que el regalo de Dios da vida eterna cuando creemos en Cristo Jesús, nuestro Señor.

No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.

»Aquellos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».




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