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Referencias Cruzadas

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Juan 16:32

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados. Cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo.

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22 Referencias Cruzadas  

―Esta misma noche —les dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque las Escrituras dicen: »“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño”.

El que me envió está conmigo. No me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.

Y, si lo hago, mis juicios son válidos. Yo no lo hago por mi cuenta, sino en unión con el Padre que me envió.

―Todos ustedes me abandonarán —les dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: »“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”.

Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Los discípulos regresaron a su casa.

»Les he dicho todo esto por medio de comparaciones. Pero viene la hora en que ya no les hablaré así. Más bien, les hablaré claramente acerca del Padre.

Los expulsarán de las sinagogas. Y hasta viene el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios.

Pero se acerca la hora, y esa hora ha llegado ya. Es la hora en la que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad. Pues así quiere el Padre que sean los que lo adoran.

Jesús le contestó: ―Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.

―Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre reciba la gloria —les contestó Jesús—.

»No se asombren de esto. Pues viene la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz

Les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Y los que la oigan vivirán.

Entonces todos lo abandonaron y huyeron.

Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban. Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, tuvieron que huir a las regiones de Judea y Samaria.

―¿Hasta ahora me creen? —contestó Jesús—.

Luego dijo al discípulo: ―Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.

Luego de despedirnos, subimos a bordo y ellos regresaron a sus hogares.




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