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Referencias Cruzadas

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Juan 13:3

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Jesús sabía que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. También sabía que había salido de Dios y a él volvía.

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22 Referencias Cruzadas  

El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.

»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.

Pero en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo hizo heredero de todo, y por medio de él creó el universo.

Pues tú le has dado autoridad sobre toda persona para que él les dé vida eterna a todos los que le has dado.

―Si Dios fuera su Padre —les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ―Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.

porque Dios «ha puesto todo bajo su dominio». Al decir que «todo» ha quedado bajo su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo puso bajo el dominio de Cristo.

»Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo».

Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

―Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.

pero yo sí lo conozco porque vengo de parte suya. Es él quien me ha enviado.

Nadie ha subido jamás al cielo sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del hombre.

A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo único, que es Dios, nos lo ha dado a conocer, pues vive en unión íntima con el Padre.

»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo».

―Aunque yo sea mi propio testigo —contestó Jesús—, mi testimonio es válido, porque yo sé de dónde he venido y a dónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.




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