―Aquel a quien yo le dé este pedazo de pan que voy a mojar en el plato —le contestó Jesús. Acto seguido, mojó el pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.
»No me refiero a todos ustedes; yo sé a quiénes he elegido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura: “El que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla”.
Mientras estaba con ellos, los cuidaba y los protegía mediante el nombre que me diste. Y ninguno se perdió sino aquel que eligió perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.