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Referencias Cruzadas

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Juan 12:49

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Yo no he hablado por mi propia cuenta. El Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo.

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17 Referencias Cruzadas  

¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo como cosa mía. El Padre, que está en mí, es el que hace sus obras.

Son muchas las cosas que tengo que decir y juzgar de ustedes. Lo que yo le digo al mundo es lo mismo que he oído decir al que me envió. Y él dice la verdad.

Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta, solo juzgo según lo que oigo. Y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad. Busco cumplir la voluntad del que me envió.

Les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron. Saben con certeza que salí de ti y han creído que tú me enviaste.

Pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga. »¡Levántense, vámonos de aquí!

Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo. Los he llamado amigos, porque todo lo que le oí decir a mi Padre se lo he dado a conocer a ustedes.

―Si Dios fuera su Padre —les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.

y da testimonio de lo que ha visto y oído. Pero nadie recibe su testimonio.

Te aseguro que hablamos de lo que sabemos. Y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente. Sin embargo, ustedes no aceptan nuestro testimonio.

Este libro narra lo que Dios le mostró a Jesucristo acerca de las cosas que sucederán pronto. Dios se las mostró para que él se las muestre a sus servidores. Jesucristo envió entonces a su ángel para dar a conocer estas cosas a Juan, su servidor.

Entonces Jesús afirmó: ―Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace. Todo lo que hace el Padre, lo hace también el Hijo.

―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

―Mi enseñanza no es mía —respondió Jesús—, sino del que me envió.

Por eso Jesús añadió: ―Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy quien afirmo ser. Y sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado.

El que no me ama no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió.




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