Mientras tanto, muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba allí. Así que fueron a ver no solo a Jesús, sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
En la casa estaban los judíos que habían ido a darle el pésame a María. Al verla levantarse y salir de prisa, la siguieron, pues pensaban que iba a la tumba a llorar.