―Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final —respondió Marta.
Tengo la misma esperanza que estos hombres tienen. Es decir, que Dios hará resucitar a los justos y a los injustos.
Entonces serás dichoso, pues, aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos.
Hubo mujeres que confiaron en Dios y por eso él resucitó a sus familiares muertos. Otros estaban presos, pero no aceptaron que los dejaran en libertad. Al contrario, prefirieron morir a golpes, porque esperaban alcanzar una mejor resurrección.
Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día final.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
―Tu hermano resucitará —le dijo Jesús.