Por eso, volvió a decirles: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Pues gracias a lo que él hizo podemos acercarnos al Padre por medio de un mismo Espíritu.
»Les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas es un ladrón y un bandido. Por eso trepa y se mete por otro lado.
Yo soy la puerta. El que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad y hallará pastos.