Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?».
―Estás endemoniado —contestó la gente—. ¿Quién quiere matarte?
Sus parientes se enteraron de esto. Entonces fueron a hacerse cargo de él, porque decían: «Se ha vuelto loco».
―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.
Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. ―¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.
Basta con que el alumno sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Pero los fariseos afirmaban: «Este echa fuera a los demonios por medio del príncipe de los demonios».
»Porque vino Juan, que ayunaba y no bebía vino, y ellos dicen: “Tiene un demonio”.