Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron. Estaban asustados, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
Los que me acompañaban vieron la luz, pero no percibieron la voz del que me hablaba.
La gente que estaba allí, y que oyó la voz, decía que había sido un trueno; otros decían que un ángel le había hablado.