Los que habían huido a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaban el mensaje solamente a los judíos.
Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban. Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, tuvieron que huir a las regiones de Judea y Samaria.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.
Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.