Entonces mandó parar el carro, y ambos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó.
Jesús se enteró de que los fariseos sabían que él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan.
Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El oficial etíope no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino.