Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.
Y lo reconocieron como el mismo hombre que acostumbraba pedir dinero sentado junto a la entrada llamada Hermosa. Entonces se llenaron de admiración y asombro por lo que le había sucedido.