»Sin embargo, el Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas. Como dice el profeta:
Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su antepasado David.
Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas.