quien disfrutó del favor de Dios y pidió que le permitiera construir una casa donde el pueblo pudiera adorar a Dios.
Luego, Dios le quitó el trono a Saúl y puso por rey a David, de quien dijo lo siguiente: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre que me agrada. Él hará todo lo que yo quiero”.