»Le dijo el Señor: “Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.
Nosotros mismos oímos esa voz que vino del cielo cuando estábamos con él en el monte santo.
»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.