»Cuando ya se acercaba el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios le había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto.
El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros antepasados. Mientras vivían como extranjeros en Egipto, Dios hizo de ellos un pueblo numeroso. Luego, con gran poder los sacó de aquella tierra.
Dios le dijo: “Tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña. Allí serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.