Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».
Pero estaba allí un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la Ley muy respetado por todo el pueblo. Él se puso de pie en el tribunal y mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles.
Hace algún tiempo surgió Teudas, que se creía alguien muy importante, y se le unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos sus seguidores huyeron y allí se acabó todo.