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Referencias Cruzadas

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Hechos 5:12

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por medio de los apóstoles ocurrían muchos milagros y maravillas entre el pueblo. Y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en las afueras del Templo, en la entrada a la puerta de Salomón.

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22 Referencias Cruzadas  

Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo.

Cuando estuve entre ustedes tuve mucha paciencia y me vieron hacer cosas sorprendentes, maravillas y milagros. Todo eso demuestra que soy un apóstol.

Dios también nos confirmó su validez por medio de hechos asombrosos, maravillas, muchos milagros y habilidades dadas por el Espíritu Santo según su voluntad.

En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo. Hablaban valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su inmerecido amor. Lo confirmaba haciendo milagros y maravillas por medio de ellos.

Esas poderosas maravillas y milagros que he hecho las he logrado hacer gracias al poder del Espíritu de Dios. Comencé a anunciar la buena noticia de Cristo en Jerusalén, por todas partes, hasta la región de Iliria.

El hombre no soltaba a Pedro y a Juan, que estaban en la entrada de Salomón. Entonces, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos.

y Jesús andaba en el Templo, por la entrada de Salomón.

Por eso, extiende tu mano para sanar y hacer milagros y maravillas mediante el nombre de tu santo siervo Jesús».

Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración. Se reunían con los hermanos de Jesús, María su madre y otras mujeres.

Los discípulos salieron y predicaron por todas partes. El Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y le dijo al espíritu: ―¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.

Pedro hizo que todos salieran del cuarto; luego se puso de rodillas y oró. Volviéndose hacia la muerta, dijo: «Tabita, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.

Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.

No dejaban de reunirse unánimes en el Templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad.

―Ustedes nunca van a creer si no ven señales milagrosas y maravillas —le dijo Jesús.

Cuando esto se supo, los demás enfermos de la isla también venían y eran sanados.




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