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Referencias Cruzadas

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Hechos 4:36

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Había un levita llamado José, nacido en Chipre, al que los apóstoles llamaban Bernabé, que significa: «El que trae consuelo».

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24 Referencias Cruzadas  

Entonces los demás judíos hicieron lo mismo que Pedro, y hasta el mismo Bernabé se les unió. Esa conducta me pareció hipócrita.

En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.

Catorce años después subí de nuevo a Jerusalén, esta vez con Bernabé, llevando también a Tito.

Esto produjo entre ellos un conflicto tan serio que acabaron por separarse. Bernabé se llevó a Marcos y abordaron un barco rumbo a Chipre.

¿O es que solo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos la vida con otros trabajos?

Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron y nos llevaron a la casa de Mnasón, donde íbamos a alojarnos. Este era de Chipre, y uno de los primeros discípulos.

Resulta que Bernabé quería llevar con ellos a Juan, a quien llamaban Marcos.

Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su misión, regresaron de Jerusalén. Llevaron con ellos a Juan, llamado también Marcos.

Así lo hicieron, mandando su ofrenda a los líderes por medio de Bernabé y de Saulo.

Todos los reunidos guardaron silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo. Los escucharon contar los milagros y maravillas que Dios había hecho por medio de ellos entre los que no son judíos.

Esto provocó un desacuerdo y una seria discusión de Pablo y Bernabé con ellos. Entonces la iglesia decidió que Pablo y Bernabé, junto con algunos otros creyentes, subieran a Jerusalén. Los enviaron para tratar este asunto con los apóstoles y los líderes de esa ciudad.

Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Bernabé les contó con detalle que Saulo había visto al Señor en el camino y le había hablado. Les contó que Saulo había predicado en Damasco y que lo hizo con libertad en el nombre de Jesús.

Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo (a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno);

En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros. Entre ellos estaban Bernabé y Simeón, apodado el Negro. También estaban Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con el gobernador Herodes, y Saulo.

Mientras participaban en el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».

Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.

Al terminar la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Amigos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».

Después de ver a lo lejos la costa sur de la isla de Chipre, navegamos hacia Siria. Luego llegamos a Tiro, donde el barco tenía que descargar.

Luego salimos de Sidón y navegamos protegidos del viento por la isla de Chipre, porque los vientos soplaban contra nosotros.

En cambio, el que comunica mensajes de Dios les habla a los demás para ayudarlos a crecer espiritualmente, para animarlos y consolarlos.

Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.




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