Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 4:21

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Después de nuevas amenazas, los dejaron irse. Por causa de la gente, no hallaban manera de castigarlos. Todos alababan a Dios por lo que había sucedido.

Ver Capítulo Copiar

18 Referencias Cruzadas  

Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles. Lo hizo sin hacer uso de la fuerza, pues tenían miedo de ser apedreados por la gente.

Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban algún modo de acabar con Jesús, porque temían al pueblo.

Los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes se dieron cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos. Así que buscaron la manera de arrestarlo en aquel mismo momento, pero temían al pueblo.

Pero, si decimos: “humano”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».

Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente, porque esta lo consideraba un profeta.

Al ver esto, toda la gente se llenó de temor y dio gloria a Dios por haber dado tal autoridad a las personas.

Entonces llamaron a los apóstoles y, luego de azotarlos, les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron.

Debemos evitar que este asunto lo siga sabiendo más gente. Así que vamos a amenazarlos para que no vuelvan a hablar de ese nombre a nadie».

Cuando razonó así, quedaron humillados todos sus enemigos. Pero la gente estaba encantada de tantas maravillas que él hacía.

Todos quedaron asombrados y ellos también alababan a Dios. Estaban llenos de temor y decían: «Hoy hemos visto maravillas».

«Pero no durante la fiesta —decían—, no sea que se amotine el pueblo».

La gente se asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel.

Así que Jesús echó fuera al demonio, y el que había estado mudo habló. La gente se asombraba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel».

Pues el hombre que había sido milagrosamente sanado tenía más de cuarenta años.

Nadie en el pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque la gente hablaba bien de ellos.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios