Cuando este vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió dinero.
Entonces Jesús les dijo a Pedro y a Juan: ―Vayan a hacer los preparativos para que comamos la Pascua.
Un día subían Pedro y Juan al Templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración.
Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: ―¡Míranos!
El hombre no soltaba a Pedro y a Juan, que estaban en la entrada de Salomón. Entonces, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos.