La gente nos atendió muy bien y nos dieron todo lo necesario para el viaje.
Tampoco hemos buscado que nos traten como a gente importante. No buscamos eso de ustedes ni de otros.
Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten. Por medio de Cristo Jesús, Dios les dará de sus gloriosas riquezas.
Cuando esto se supo, los demás enfermos de la isla también venían y eran sanados.
Al cabo de tres meses en la isla, salimos en un barco que había pasado el invierno allí. Era un barco de Alejandría que tenía en la parte delantera la figura de los dioses Dióscuros.