Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: ―Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.
Estaba a punto de amanecer cuando Pablo animó a todos a tomar alimento: «Hoy hace ya catorce días que ustedes solo se preocupan por salir de esto con vida, y siguen sin comer nada.