Pues en una sola hora ha quedado destruida toda su riqueza». Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos.
Los marineros intentaron escapar del barco. Inventaron la excusa de que iban a echar algunas anclas por la parte delantera del barco. Pero, en realidad, comenzaron a bajar el bote salvavidas al mar.
Midieron qué tan profunda estaba el agua y vieron que el agua tenía unos treinta y siete metros de profundidad. Más adelante volvieron a medir y vieron que tenía cerca de veintisiete metros de profundidad.