Se levantó el rey, y también el gobernador, Berenice y los que estaban sentados con ellos.
Pero queremos oír tu punto de vista, porque lo único que sabemos es que en todas partes se habla en contra de ese grupo.
Al día siguiente, Agripa y Berenice se presentaron con gran pompa. Entraron en la sala acompañados por oficiales de alto rango. También los acompañaban las personas más distinguidas de la ciudad. Festo mandó que le trajeran a Pablo.
Pero, como se trata de cuestiones de palabras, de nombres y de su propia ley, arréglense entre ustedes. No quiero ser juez de tales cosas.
Al retirarse, decían entre sí: ―Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte ni la cárcel.