Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 26:20

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.

Ver Capítulo Copiar

56 Referencias Cruzadas  

Por tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sean borrados sus pecados. Así vendrán tiempos de descanso de parte del Señor.

Den muestras de verdadero arrepentimiento.

―Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.

¡Recuerda cómo eras antes! Arrepiéntete y vuelve a hacer las cosas que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.

Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Pues no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Así que recuerda lo que has aprendido acerca de Dios, obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes alerta y en obediencia, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.

Así que les digo esto de parte del Señor: no vivan como la gente que no cree en Dios, pues esas personas no piensan correctamente.

La tristeza que Dios causa produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, por eso no hay que lamentar esa tristeza. Pero la tristeza que causa el mundo produce la muerte.

Ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron y de cómo dejaron de adorar a los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.

Pero, cada vez que alguien cree en el Señor, esa barrera es quitada.

No reconoces que Dios es bueno, que tiene paciencia y soporta tu mala conducta. Él está buscando que te arrepientas, pero desprecias su gran bondad.

No dejaré que los de tu propio pueblo o los no judíos te hagan daño. Te envío a ellos

A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.

Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia. Sin embargo, ahora manda que todos, en todas partes, se arrepientan.

»Por lo tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles obstáculos a los no judíos que se convierten a Dios.

Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!

Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron y se convirtieron al Señor.

―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan».

¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan.

Hará que muchos israelitas vuelvan a obedecer al Señor su Dios.

Los doce salieron y animaban a la gente a que se arrepintiera.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».

Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».

Pero ni aun así se arrepintieron de sus malas acciones. Al contrario, maldecían al Dios del cielo, debido a sus dolores y llagas.

Le he dado tiempo para que se arrepienta de sus pecados sexuales, pero no quiere hacerlo.

»Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios