Festo dijo: ―Rey Agripa y todos los presentes. Aquí tienen a este hombre. Todo el pueblo judío me ha presentado una acusación contra él, tanto en Jerusalén como aquí en Cesarea. Piden a gritos su muerte.
―¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! —gritaron. ―¿Acaso voy a crucificar a su rey? —respondió Pilato. ―No tenemos más rey que el césar —contestaron los jefes de los sacerdotes.
pues quieren impedir que prediquemos a los no judíos para que sean salvos. Pero con eso solo logran acumular más pecado. El castigo de Dios será muy duro sobre ellos.