―¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! —gritaron. ―¿Acaso voy a crucificar a su rey? —respondió Pilato. ―No tenemos más rey que el césar —contestaron los jefes de los sacerdotes.
Si hablan mal de nosotros, los tratamos con gentileza. Se nos considera la basura de este mundo, los deshechos de la gente. Y esto no ha cambiado hasta el día de hoy.