Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 21:11

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Este vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos, y dijo: ―Así dice el Espíritu Santo: “De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán en manos de los no judíos”.

Ver Capítulo Copiar

34 Referencias Cruzadas  

El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.

Lo único que sé es que en todas las ciudades el Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos.

A esos profetas se les hizo saber que anunciaban algo que no era para ellos, sino para ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado a ustedes los que les predicaron la buena noticia. Hablaban por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Estas son cosas que aun los mismos ángeles quisieran poder ver.

También sintieron compasión de los que estaban en la cárcel. Y, cuando a ustedes les quitaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, seguros de que tenían una riqueza mejor y más permanente.

Por eso, como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes oyen hoy la voz de Dios,

por la que sufro en gran manera, hasta el punto de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.

Dios me envió a anunciar esa noticia, y por eso ahora estoy preso. Oren para que hable con valentía, como debo hacerlo.

Por eso yo, que estoy preso por servir al Señor, les ruego que se porten bien, como gente que Dios ha llamado a ser parte de su pueblo.

Yo, Pablo, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús, y lo he hecho por el bien de ustedes los no judíos.

No pudieron ponerse de acuerdo entre ellos. Y, cuando comenzaron a marcharse, Pablo solo dijo lo siguiente: «El Espíritu Santo tenía razón cuando les habló a sus antepasados. Por medio del profeta Isaías, les dijo:

Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Me han encadenado por tener la misma esperanza que tiene todo Israel.

Tres días más tarde, Pablo invitó a los dirigentes de los judíos. Cuando estuvieron reunidos, les dijo: ―Amigos israelitas, yo no he hecho nada contra mi pueblo ni contra las costumbres de nuestros antepasados. Sin embargo, los judíos me arrestaron en Jerusalén y me entregaron a los romanos.

―Le pido a Dios que, en poco o mucho tiempo, no solo usted, sino también todos los que me están escuchando lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.

Luego de dos años, Félix dejó su cargo, y Porcio Festo fue nombrado nuevo gobernador. Pero, como Félix quería agradar a los judíos, dejó preso a Pablo.

Cuando lo estaban sujetando con correas para golpearlo, Pablo le dijo al capitán que estaba allí: ―¿Permite la ley que ustedes golpeen a un ciudadano romano antes de ser juzgado?

Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia.

Mientras participaban en el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».

Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.

Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto en el que entró con sus discípulos.

El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».

Allí encontramos a los discípulos y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, advertidos por el Espíritu del peligro que corría, le dijeron a Pablo que no subiera a Jerusalén.

El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos dejarán de creer en Cristo, pues serán engañados por espíritus mentirosos que darán enseñanzas diabólicas.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios