En el pueblo judío hubo falsos profetas, como también entre ustedes habrá falsos maestros. Estos, de forma astuta, darán falsas enseñanzas que harán mucho daño. Llegarán incluso a decir que no conocen al Señor que los salvó. Esto les traerá una repentina destrucción.
Cuiden de ustedes mismos y de todos aquellos que Dios ha salvado con su propia sangre. El Espíritu Santo los ha puesto a ustedes para cuidar de la iglesia. Así que ustedes son como pastores al cuidado de un rebaño de ovejas.
El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye. Entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa.
Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: ―Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? ―Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro. ―Apacienta mis corderos —le dijo Jesús.
cuiden a la gente que Dios ha puesto bajo su cuidado. Cuídenla como el pastor cuida de su rebaño de ovejas. No lo hagan por obligación ni por dinero, sino con deseo de servir, como a Dios le agrada.