Predica el mensaje de Dios, nunca dejes de hacerlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Corrige, reprende y anima con mucha paciencia a todos, sin dejar de enseñar.
Es por eso que hablamos de Cristo a todos, y les damos consejos y enseñamos con toda sabiduría. Lo hacemos para presentarlos delante de Dios como creyentes maduros gracias a Cristo.
Hermanos en la fe, si ahora fuera a visitarlos y les hablara en lenguas extrañas, ¿de qué les serviría? Solo serviría si les revelara algo de parte de Dios, o si les diera algún conocimiento, mensaje o enseñanza.
Por lo demás, hermanos en la fe, alégrense, porque ustedes pertenecen al Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.