Hechos 2:9

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Estamos aquí partos, medos, y elamitas. También hay habitantes de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia.

Referencias Cruzadas

1 Pedro 1:1

Los saluda Pedro, apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a ustedes, los elegidos, que viven como extranjeros en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.

Apocalipsis 1:4

Los saluda Juan. Escribo este libro a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Le pido a Dios, quien es, era y vendrá, que los llene de su amor inmerecido y de su paz. Lo mismo pido a los siete espíritus que están delante de su trono

2 Timoteo 1:15

Ya sabes que todos los de la provincia de Asia me han abandonado, incluso Figelo y Hermógenes.

Hechos 18:2

Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco habían llegado de Italia, porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma. Pablo fue a visitarlos

Hechos 16:6

Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia.

Hechos 19:10

Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar el mensaje del Señor.

Hechos 6:9

Con él se pusieron a discutir unos hombres de la sinagoga llamada de los Libertos. Entre ellos había judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia.

Apocalipsis 1:11

y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».

2 Corintios 1:8

Hermanos en la fe, queremos que conozcan las dificultades que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos sufriendo tanto que pensamos que no íbamos a resistir y perderíamos la vida.

1 Corintios 16:19

Las iglesias de la provincia de Asia les mandan saludos. Aquila y Priscila, junto con la iglesia que se reúne en la casa de ellos, los saludan cordialmente en el nombre del Señor.

Romanos 16:5

Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia.

Hechos 20:18

Cuando llegaron, les dijo: «Ustedes saben cómo me porté todo el tiempo que estuve con ustedes, desde el primer día que vine a la provincia de Asia.

Hechos 20:16

Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.

Hechos 19:31

Incluso algunas autoridades de la provincia, que eran amigos de Pablo, le enviaron un mensaje. Le rogaban que no se arriesgara a entrar en el teatro.

Hechos 19:27

Ahora bien, existe el peligro de que se hable mal de nuestro oficio. Pero también, de que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su fama. A esta diosa la adoran en toda la provincia de Asia y el mundo entero. Así que también existe el riesgo de que ella misma pierda su gran gloria.

Hechos 7:2

Él contestó: ―Amigos israelitas y líderes del pueblo, ¡escúchenme! El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham. Lo hizo cuando este aún vivía en Mesopotamia, antes de irse a vivir en Jarán.

Hechos 2:8

¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna?

Hechos 20:4

Lo acompañaron Sópater hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo; y, por último, Tíquico y Trófimo, de la provincia de Asia.

Hechos 21:27

Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el Templo. Alborotaron a toda la gente y lo agarraron.

Hechos 24:18

Yo estaba en el Templo cumpliendo con una ceremonia de purificación. No me acompañaba mucha gente, ni estaba armando ningún alboroto.

Hechos 27:2

Subimos a bordo de un barco del puerto de Adramitio, que estaba a punto de salir hacia los puertos de la provincia de Asia. Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica, y con él comenzamos el viaje.