En realidad, lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel:
Estos no están borrachos, como suponen ustedes. ¡Apenas son las nueve de la mañana!
»“Sucederá que en los últimos días —dice Dios— derramaré mi Espíritu sobre todas las personas. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán. Los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños.