Dicho esto, despidió a la gente.
Tal y como están las cosas, con lo sucedido hoy corremos el riesgo de que nos acusen de alborotar a la gente. ¿Qué razón podríamos dar de este alboroto, si no hay ninguna?
Cuando terminó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos. Después de animarlos, se despidió y salió rumbo a Macedonia.