Él hablaba con pasión y enseñaba con claridad acerca de Jesús. Alguien le había enseñado acerca del Señor, aunque solo conocía lo referente al bautismo de Juan.
Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para formar un solo cuerpo —ya seamos judíos o no judíos, esclavos o libres—. A todos se nos hizo compartir un mismo Espíritu.