Allí fortalecían a los discípulos y los animaban a seguir creyendo. Les decían: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios».
Hermanos en la fe, también les rogamos que llamen la atención a los perezosos, denles ánimo a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos.
Y, aunque eso representó un problema para ustedes, no me rechazaron ni me trataron mal. Al contrario, me recibieron como a un ángel de Dios, como si se tratara de Cristo Jesús.
Así que les enviamos a Timoteo, nuestro hermano en la fe y colaborador de Dios en el anuncio de la buena noticia de Cristo. Lo enviamos para que los animara a seguir confiando firmemente en Jesús.
Reciban también saludos de parte de todos los hermanos en la fe que están conmigo. Esta carta va dirigida a las iglesias que están en la región de Galacia.