Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 18:19

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al llegar a Éfeso, Pablo se separó de sus compañeros y entró en la sinagoga. Allí les habló a los judíos acerca de Jesús.

Ver Capítulo Copiar

21 Referencias Cruzadas  

Le pido al Señor que lo trate con bondad en el día del juicio final. Tú conoces muy bien las muchas veces que me ayudó en Éfeso.

Al salir para Macedonia, te encargué que te quedaras en Éfeso. Allí hay unos que dicen ser maestros dando falsas enseñanzas, y te pedí que les ordenaras que dejen de hacerlo.

Los saluda Pablo. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a los creyentes que están en Éfeso y que siguen confiando en Cristo Jesús.

Pero me quedaré en Éfeso hasta que llegue la fiesta de Pentecostés.

En Éfeso me tuve que enfrentar a personas que parecían animales salvajes. Pero, si los muertos no resucitan, ¿qué gané con eso? Si los muertos no resucitan, «¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!».

Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.

Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.

Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, nacido en Alejandría. Era un hombre educado y convencía a la gente, pues conocía bien las Escrituras.

Todos los sábados discutía en la sinagoga, tratando de convencer a judíos y a griegos.

»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro dice esto:

y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».

A Tíquico lo mandé a Éfeso.

Les consta además que el tal Pablo ha logrado convencer a mucha gente no solo en Éfeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Él dice que no son dioses los que se hacen con las manos.

Cuando se enteraron los judíos y los griegos que vivían en Éfeso, el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús recibía la gloria.

pero al despedirse les prometió: «Ya volveré, si Dios quiere». Y se fue de Éfeso en un barco.

Estos le pidieron que se quedara más tiempo con ellos. Él no aceptó,

Al oír esto, se enfurecieron y comenzaron a gritar: ―¡Grande es Artemisa de los efesios!

El secretario del concejo municipal logró calmar a la gente y dijo: ―Ciudadanos de Éfeso, ¿acaso no sabe todo el mundo que la ciudad de Éfeso es guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo?

Así que, Pablo mandó llamar a los líderes de la iglesia de Éfeso para que vinieran a Mileto.

Ya antes habían visto en la ciudad a Trófimo el efesio en compañía de Pablo y suponían que Pablo lo había metido en el Templo.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios