Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 18:12

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando Galión era gobernador de Acaya, los judíos se pusieron de acuerdo para atacar a Pablo y llevarlo al tribunal.

Ver Capítulo Copiar

27 Referencias Cruzadas  

Como Apolos quería pasar a Acaya, los creyentes lo animaron y les escribieron a los discípulos de allá para que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a quienes, gracias al amor de Dios, habían creído en Jesús.

Pero los judíos hablaron con mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo. También hablaron con los hombres más importantes de la ciudad, y a todos los convencieron de ir en contra de Pablo y Bernabé. Así lograron echarlos fuera de la región.

Este estaba con el gobernador Sergio Paulo, que era un hombre inteligente. El gobernador mandó llamar a Bernabé y a Saulo, porque quería escuchar el mensaje de Dios.

Estoy seguro de conocer la verdad de Cristo. De igual manera estoy seguro de que nadie en las regiones de Acaya podrá quitarme esta satisfacción.

porque sé que tienen buenos deseos de ayudar. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios. Les he dicho que, desde el año pasado, ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha motivado a la mayoría de ellos.

Los saluda Pablo, y también Timoteo, nuestro hermano en la fe. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a ustedes, que son la iglesia de Dios en Corinto, y a todos los creyentes en toda la región de Acaya:

Ustedes bien saben que los de la familia de Estéfanas fueron los primeros en creer en Cristo en la región de Acaya. Ellos se han dedicado a ayudar a los hermanos en la fe. Les recomiendo, a todos ustedes,

A los creyentes de Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta para los creyentes pobres de Jerusalén.

Pablo contestó: ―Ya estoy ante el tribunal del césar, que es donde se me debe juzgar. No les he hecho ningún mal a los judíos, como usted sabe muy bien.

Los judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo también estaba en Berea predicando el mensaje de Dios. Así que fueron allá para armar escándalo y alborotar a la gente.

En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la gente. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto.

Pero los judíos que no creyeron convencieron a los no judíos de ir en contra de los que habían creído.

Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».

¡Pero ustedes han humillado al pobre! Ya olvidaron que son los ricos quienes los maltratan a ustedes y los llevan ante los tribunales.

Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia.

Pero los judíos, llenos de envidia, reunieron a unos maleantes callejeros. Con ellos organizaron un grupo de alborotadores e hicieron gran escándalo en la ciudad. Asaltaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas, para que el pueblo los juzgara en público.

Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.

Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera. Luego se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado, y que en hebreo se dice «Gabatá».

Pero Elimas, cuyo nombre significa «hechicero», se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador.

Así que Pablo se quedó allí un año y medio, enseñando entre el pueblo la palabra de Dios.

Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».

Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro. En mis viajes enfrenté peligros de ríos y peligros de bandidos. Enfrenté peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los no judíos, peligros en la ciudad, en el campo y en el mar. También enfrenté peligros de parte de falsos hermanos en la fe.

A ustedes, hermanos en la fe, les pasó lo mismo que a los hermanos de las iglesias de Dios en Judea. Estos hermanos, que creyeron en Cristo Jesús, sufrieron por causa de los judíos. Y ustedes sufrieron lo mismo por causa de sus compatriotas.

pues quieren impedir que prediquemos a los no judíos para que sean salvos. Pero con eso solo logran acumular más pecado. El castigo de Dios será muy duro sobre ellos.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios