A los ricos de este mundo, mándales que no sean orgullosos ni pongan su confianza en las riquezas, que son inseguras. Diles que más bien confíen en Dios, que nos da de todo en abundancia para que lo disfrutemos.
Sin embargo, no ha dejado de dar pruebas de quién es él. Pues los ha tratado bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, para que tengan comida y alegría.
Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Pues no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.