El secretario del concejo municipal logró calmar a la gente y dijo: ―Ciudadanos de Éfeso, ¿acaso no sabe todo el mundo que la ciudad de Éfeso es guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo?
Los que acompañaban a Pablo lo llevaron hasta Atenas. Luego regresaron con instrucciones de que Silas y Timoteo se reunieran con él tan pronto como les fuera posible.
Entonces lo llevaron a una reunión de la Junta Suprema de la ciudad, conocida como Areópago. ―¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que usted presenta? —le preguntaron—.
Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos estaba Dionisio, miembro de la Junta Suprema. También, una mujer llamada Dámaris y otros más.