Sin embargo, si el Espíritu de Dios vive en ustedes, entonces ya no viven bajo el control del pecado. Y, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, es porque no es de Cristo.
Los saluda Pedro, apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a ustedes, los elegidos, que viven como extranjeros en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.
Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo. Ya desde antes, el Espíritu que estaba en ellos anunció que Cristo sufriría mucho, pero que después tendría gran gloria.