Enseñan costumbres que a los romanos se nos prohíbe aceptar o practicar.
Sobre todo, porque usted está bien informado de todas las costumbres y discusiones de los judíos. Por eso le ruego que me escuche con paciencia.
De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese territorio de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: ―¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en sábado.
Los presentaron ante los jueces y dijeron: ―Estos hombres son judíos, y están alborotando a nuestra ciudad.