Además, que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad y lavar los pies de los creyentes. Que sea de las que ayudan a los que sufren y que aproveche toda oportunidad para hacer el bien.
Conoces bien cómo me han perseguido y hecho sufrir mis enemigos. Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de los maltratos que soporté. Pero de todo eso me protegió el Señor.
Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia, para que no quede en vergüenza ante el pueblo y caiga en la trampa del diablo.
Al llegar a Iconio, Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga judía. Allí hablaron de tal manera que una gran cantidad de judíos y de griegos creyó.
Pero ustedes conocen la buena conducta de Timoteo, que ha servido conmigo en el anuncio de la buena noticia. Me ha ayudado como un hijo ayuda a su padre.