Saliendo de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente, a Neápolis.
Después de despedirnos de ellos, abordamos un barco y fuimos directamente a Cos. Al día siguiente, fuimos a Rodas y de allí, a Pátara.
Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.
Estos se adelantaron y nos esperaron en Troas.
Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el mensaje de la buena noticia de Cristo, descubrí que el Señor me había dado una gran oportunidad.
Cuando vengas, trae la capa que dejé en Troas, en casa de Carpo. Trae también los libros, especialmente los pergaminos.