Jesús se les quedó mirando. Estaba enojado y entristecido por su falta de compasión, y le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así que la extendió, y la mano le quedó curada.
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y predicaban la palabra de Dios sin ningún temor.
Mirándolos fijamente, Jesús les dijo: ―Entonces, ¿qué significa esto que dicen las Escrituras: »“La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra principal”?