Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Hechos 13:25

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: “¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquel. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias”.

Ver Capítulo Copiar

19 Referencias Cruzadas  

»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

Predicaba de esta manera: «Después de mí viene uno más poderoso que yo. Ante él, ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias.

Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.

Pero, cuando terminen de dar su mensaje, subirá del abismo una bestia. Esta bestia les hará la guerra, los vencerá y los matará.

Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.

Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.

Pablo les explicó: ―El bautismo de Juan no era más que un bautismo de arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.

»Lo cierto es que David murió después de servir a su propia gente. Así lo había planeado Dios. Y fue enterrado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la descomposición.

El que habla por cuenta propia busca su propia honra. En cambio, el que busca honrar al que lo envió es una persona sincera y sin maldad.

―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.

Al ver a Jesús que pasaba por ahí, dijo: ―¡Aquí tienen al Cordero de Dios!

Yo lo he visto y por eso testifico que este es el Hijo de Dios».

Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios